Olvidé darle las gracias a esa chica que dijo, gritó que odiaba mi clase. Es por ella que regresé a desangrar el teclado por aquí. Supongo que hay veces que se necesita una dosis de odio para regresar.
La cosa es que ando por aquí. Concentrémonos en eso.
Desde medio diciembre estoy con una depre que no me pierde ni pie ni pisá. Y no es que quiera estar deprimido, todo lo contrario. Pero no importa lo que hago lo único que logro es frustrarme más. Por eso he vuelto.
Pero esta vez tengo que aclararte algo, regreso por mí y no por ti.
Así que no esperes que te guste lo que leas, porque sinceramente, todas las familias felices son iguales. O sea, esto no es de ti ni para ti, ni siquiera para nosotros. Acéptalo aun sin comprenderlo y comprenderás que lo único que quiero es familiarizarme con la felicidad.
Aquí empiezo.
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