A lo que iba no es igual que al dónde voy

Bueno, por dónde empiezo. Siempre he tenido problemas con los dóndes. Me explico. Hoy iba a escribir algo sobre diez estudiantes, nueve países y un salón que me alimenta. Ahora no sé qué decir.

Tal vez si hablara de los diez estudiantes, los nueve países y el salón que me alimenta no me preocuparía tanto las tres personas, los dos continentes y el tedio del hastío que se impondrían entre esa vida y ésta, entre mi familia y la tuya, entre el ahora y el recuerdo.

Sí, ya lo sé, no he explicado un carajo.

Joder. Debí haber hablado de los diez estudiantes, los nueve países y el salón que me alimenta.