jueves, 27 de marzo de 2008

Subjuntivización de la sinceridad

Me duele la cabeza. No sé si es porque anoche dormí sólo tres horas. Será porque acabo de pasar hora y media con 21 estudiantes gritando a todo pulmón. Tal vez porque en un ejercicio sobre cómo expresar sus gustos una de mis mejores alumnas escribió que no le gustaba mi clase.



Al menos ella puede darse el lujo de ser sincera.



Cerré la puerta con llave. Escucho a Lavoe. No quiero que nadie me perturbe.

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