Esporas de lo que viene de donde vino el vino y otras loganizas larguísimas

Bueno, esto se está volviendo esporádico sin motivo.  Varias cosas están sucediendo a la vez. A ver:

1.  El viaje.     Estas dos últimas se manas hemos estao traqueteando los detalles del viaje a Puerto Rico.  Desde la Reunión de 20vo aniversario de mi clase de high, hasta estadías en la costa Oeste y Este, pasando por la(s) familia(s).   Más detalles en Facebook. 

2.  Potty Training de N.    ¿Te acuerdas dese loco Freud de las clases de sociales y sus complejos?  Nada más con el testigo.

3.  La disciplina de N.    No sé si es un byproduct del # 2, pero N está cada vez más difícil.  Ahora le ha dado con escupir, sí, escupirnos cada vez que la regañamos.  El domingo le di su primera nalgada de mis manos, bueno, fueron dos.  Y no se rindió. Me costó trabajo pero logré calmarla y que me pidiera disculpas.  Hoy hizo lo mismo al amanecer de Yuquiyú.  Le di dos tapabocas y no funcionó.  Me pidió disculpas cuando la amenacé de que no iba a ver a Diego ni a Dora hoy.  Go figure.  La cosa es que no me gusta darle, por razones que no voy a explicar.  Sé que está explorando sus límites, pero carajo, que no escupa.

4.  La Exorcista.  Dice que debo cortar el jangueo con Dionisio.  Más de talles en breve.

Bueno, vamos a dejarlo ahí, que la longaniza es larga decía mi madre.  Y hablando de mami, estoy loco por ver a mi viejo y escuchar sus historias y... bueno, dije que lo iba a dejar ahí porque la longaniza era larga según mami.

Frente a otro sábado

Una se mana devorada. Una se mana digerida. Una se mana... bueno, you get the picture. He estado contando las birras que han muerto bajo mi sombra y La Exorcista tiene razón, son suficientes como para pasquinar The Yellow Brick Road.


¿Y qué quiere que haga?


Aquí estoy en tarde sabatina ponderando (is there really such a word? Surprise!) y... sí, lo adivinaste. No pido disculpas por aquello de la culpa. No culpo a nadie por aquello de las disculpas.

En fin, una se mana más y estaré en la Isla revolcándome con esos demonios con bigotes de velcro.

Salud, Exorcista.

Anoche

Dejamos a la N con una babysitter por primera vez y nos fuimos a parisear. Bueno, no precisa mente a parisear, pero es lo más cerca que hemos llegado. Fuimos a PF Changs, un bistro (whatever that means) dizque chino. Digamos que es un yupi spot con sabor a soy sauce ultra light, hold the MSG, please. La comida es buena y diferente (para ser cadena) y la pasamos bien, que es lo que importa. Fuimos a despedir a una pareja amiga que se va a cumplir compromisos profesionales, como a todos (n/l)os toca en esta area. Después fuimos al Caribbean Breeze a darnos par de palos (entiendase 2 cervezas), y a quemar a los bailadores con sus conatos de lambada empericada. Y nos fuimos corriendo a lo Cenicienta para llegar a casa a la medianoche.

Sabemos que se puede, a ver si se repite.

Frente al sábado

He dejado las asignaciones de La Exorcista estos últimos dos días. Es que tanta remolacha me desapasiona. Ya entiendo, blah, blah, blah, blah, y mi padre blah, blah, blah, tu madre blah, blah, blah, y honesta mente que se joda tolo demás.

Tolo. ¿Qué más quiere que diga, si en tos laos me sale un muerto?

¿Dónde dejé la cerveza?

Segundo round

Ayer regresé a la Exorcista. Hice lo asignado. Toda vía tomo sus encantos y encantaciones con pinzas.





Me preguntó sobre mi incredulidad, creo que no me creyó, hijo de gato caza ratón pensaba o, en mi caso, hijo de pentecostal vive responsable mente con su culpa. Prefiero deshojar la fe sentado en mi silla de escarnecedor.



Preguntome sobre mi padre. Mi padre. Mi padre. Sorpresa sorpresa, según su muy experta opinión me modelo por él.



Le parece increíble que toda mi familia viva en el mismo pueblo por tanto tiempo.



Y que pese a tanto trabajo algunos no salgan del hoyo.



Me hizo juzgarlos de jure con dogmas de exorcistas cognocientes cuando todos sabemos que nunca incumplieron su voluntaria obligación de facto de darme lo que no tenía, mejor dicho, lo que otros (los obligados involuntarios) nunca me dieron.

Y claro, Baco.

Como el beso de Judas, como las lágrimas de la Magdalena, como el dedo de Tomás, como el tamo que arrebata el viento...

Crónica de un exorcismo anunciado

Ya era hora. Hice todo lo que pude para posponerlo, pero al fin y al cabo sucedió. Me enfrenté a la Exorcista. Como buenos danzarines nos medimos los pasos, cada sílaba, cada sonrisa planificada con mirada de francotirador. Debo confesar (ya que de eso se trata, ¿no?) que lo disfruté más que mis visitas con The Pope.

Este me da dulces, la otra me da libros.

Esta me prohíbe los plátanos, el otro me condena el acento.

Este me americaniza, la otra me segrega.

Esta me llama el experto, el otro duda de mi duda.

Ambos a dos me dicen que estoy gordo.

Ya veremos quién termina la Ultima Cena.

De scritorios y escritoríos

Pensé que en estas vacaciones iba a escribir más. Como de costumbre, me han equivocado. Pero bueno, no disparo la culpa, tampoco la meo. Esto concedo: ¡qué bueno es abandonarse a la inercia sagrada de la espera!

Forof yulai

Qué puedo decir. Cada año en este día se me ocurren un millón y medio de cosas que me podrían ganar unas vacaciones guantanameñas. Pero en medio de esta orgía memorijolística escucho un eco



Ahora me vuelvo al barbiquiú, a la birra y a los fuegos (artificiales por supuesto).

Enhorabuena. A quién le toque.