De verdá quempecé la se mana virao. Decir que no me olían ni las azucenas era un undersatement. Pero en estos dos días la cosa ha mejorao considerable mente. Me obligo a hacer las cosas que quiero hacer pero no quiero. Y a pesar de lo oximorónico del aproach, por lo menos si no lo disfruto lo disfruto. Así todos ganamos.
La N me ha sorprendío ya dos veces cambiando la letra de canciones improvisando sobre nosotros, ella, mamá y yo. Está muy conciente de la rima y la métrica, aún cuando lo que hace es tararear porque no encuentra la palabra apropiada, tararea con ritmo y rima. Me temo que la Mancha de Caín aflora temprano y fuerte.
Hoy tengo exorcismo. Mañana esquela. Mientras, vivo.
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