Ayer fuimos a DC a ver una parada de yo no sé qué. La cosa es que habían bandas de marcha, abanderadas, carrozas, globos dondequiera, gente bailando y feliz por todos lados. En fin, lo más cercano que los gringos pueden llegar a una atmósfera carnivalezca. Habían anunciado lluvia y la hubo, por suerte muy poca, como para no perder cara. El resto del día estuvo precioso y caliente, bueno, en los 70's. Lo pasé de pantalones cortos y camiseta, devino.
También fuimos a ver los caballos del Cementerio Nacional y las carretas fúnebres oficiales. Las mismas que han usado para enterrar a los presidentes y a otros cocorotes. Las mismas. Nunca he sentido a Kennedy tan cerca como ayer. Ni siquiera cuando visito su tumba.
Terminé el día leyendo con la Narula. Me quitó el libro de las manos y dijo "I read the book" y se sentó a leerme el libro. Yo dormitaba bajo el influjo sonoro de su blablableo armónico. En fin, fue un buen día.
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