Ya regresamos. De vuelta a la rutina y a la soledad diaria. Bueno, las más de las veces. La Narula extraña a su familia. Supongo que lo heredó de mí.
El vuelo de PR a NY estaba programado palas 3 am y se atrasó casi 2 horas, cosa que engordó mi descontentura. Estaba lleno de gente que, como nosotros regresaban de una estadía (¡porque vacaciones no son!) con su(s) familia(s). Lo sé por los niños insomnes pareados con viejos cansados.
Pero ya regresamos. ¿O será mejor decir nos fuimos? Porque se regresa al hogar, a lo familiar, a lo querido. Y eso lo dejamos para venir aquí. ¿A qué? Desconozco. Sólo sé que mientras tanto se nos va la vida entre tantos mientras tanto.
Un frío pelú enmarcó la noche. Un fuego en la chimenea calentaba los pies enmohecidos. Un sueño desinquieto preludió el despertar. El resto lo dejamos para después del viaje.
Adal, con el resto del pasaje escondido
miércoles, 10 de enero de 2007
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